Paula Arcila (más colombiana que la arepa) y Ana María Simón (más venezolana que la arepa) se encuentran cada miércoles durante casi una hora, para conversar sobre lo que ven, lo que viven, lo que han vivido y lo que quieren vivir. Un encuentro sin mayores expectativas en el que se reúnen para recordar anécdotas, dar su punto de vista sobre infinitas situaciones de la vida y ver de qué manera la tragedia más grande se puede convertir, con el tiempo y las heridas curadas, en una gran celebración. Un encuentro semanal entre dos mujeres de dos países hermanos que se ha vuelto una junta casi fraternal, justamente por no estar en sus países de origen y tener tantas cosas en común de las que pueden hablar ahora desde la península ibérica.

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